Felicidad

Hoy me preguntaron: qué es para ti la felicidad. Y lo primero que le escribí a mi amiga, editoria de la revista Complot, es que era subirme a un avión y cerrar los ojos con la idea de que al aterrizar, estaría en un lugar totalmente nuevo, donde no conociera ningún rostro, ninguna calle, ningún sabor y aroma. Hoy, cuando como millones de mexicanos me encuentro atado por un virus cuyo origen nadie conoce, sé que eso me haría muy feliz. Sin embargo, no puedo salir, no debo creo yo. MI familia está aquí y no estaría tranquilo no estando donde ellos están expuestos. Pero bueno, se trataba de contestar a una pregunta y eso fue lo que dije. Y hurgando entre las fotografías que tengo en la computadora de mi oficina, encontré ésta que me regresa a uno de los momentos más felices de mi vida. Iba sobre un dromedario entre las dunas del Sahara, rumbo a una de las noches más fantásticas que he experimentado. Fue un trayecto de casi cuatro horas, debajo del terrible sol marroquí. En cada mano llevaba una cámara porque aunque todo el paisaje parecía repetirse, siempre es posible capturar algo distinto. Entonces, cuando la sed apretaba, miré hacía el frente y descubrí la silueta de mi transporte y la mia reflejada en la arena de una manera impactante por hermosa. Puedo decirlo, es de los mejores autoretratos que me he tomado (y en Marruecos hice varios), y lo rescato hoy, uno más de esos días en las que las alas se sienten heridas, en los que nada me haría más feliz que perderme de nuevo en esa inmensidad, sin pensar, sin sufrir por el calor o el frío, sin necesidad de nada más que lograr que los minutos corrieran lo más lentamente posible para nunca llegar al final de un camino maravilloso.