Abran que hace frío


Ese día había llegado a El Calafate, procedente de Buenos Aires. Tras dejar las cosas en el hotel y tantear el clima, decidí salir a caminar por este pueblo que, además de ser el lugar de retiro del ex presidente argentino Nestor Kirchner, es la puerta de entrada al famoso glaciar Perito Moreno, y morada temporal de todos quienes buscan llegar a él. Pues ese día agarré la cámara y a caminar. Se trata de un lugar bonito, pequeño, que puede recorrerse a pie en pocas horas. Me aventé: descubrí un pequeño museo con la historia del lugar, algunas casas viejas con fachadas interesantes y rincones donde el tiempo parecía haberse detenido. Me metí al museo, y cuando salí, al dar vuelta en una callecita, me encontré esta imagen que la verdad, me mató. Así, en esa posición estuvo este Golden por varios minutos. No sé si esperaba que alguien saliera, que le echaran un hueso o que lo dejaran entrar. Lo cierto es que la composición del cuadro se me hizo hermosa y digna de ser capturada, para lo cual el perro ayudó, pues apenas y movía la cabeza. Me acerqué lo más posible, luego me alejé y nada, ni se inmutó. Fue la mejor foto de ese día. Y sí, lo sé, imágenes así podrán verse en cualquier parte del mundo, pero esta tenía de protagonista a un can argentino y un lugar 100 por ciento patagónico. Esa es la gran diferencia. Ah, y aunque no se ve, hacía mucho frío. Quiero decir que busqué esta foto tras mi asueto en Querétaro, México, en casa de la mamá de mi mejor amigo, donde dos perritos como estos son parte de la familia y me trataron igual, como parte de la suya.

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De locura