Rayito de luna


Habían pasado casi dos horas sobre la joroba el dromedario. Los únicos sonidos que se escuchaban eran los de las expresiones de asombro de los miembros de la caravana o del regurguitar de la bestia, la que nos transportaba, claro. A veces, el guía decía algo pero más bien parecía que pensaba en voz alta. De repente, a la derecha, apareció la luna cuando don sol moría por la izquierda. La prisa y las ganas por llegar desaparecieron. El cansancio evitó que la foto saliera mejor, pero al verla, agradecí haberla tomado. Arena dispersa y la luna como cayendo. No siempre la mejor foto es la que está en foco. Pronto habrá más ejemplos. Debo decirlo, la víctima de ese trayecto fue el trasero. No, nunca pensé en poner una foto suya.

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De locura