Niza-Mónaco


Iba en un tren de la ciudad de Niza a Mónaco. La vía bordeaba la costa. Casi desde la salida podía verse el mar. La terrible destrucción interna me impedía siquiera levantar la cabeza. La mirada iba perdida en el respaldo del asiento de enfrente. Ese día sólo había un origen y un destino. Algo me hizo reaccionar y cuando levanté la cara, mis ojos comenzaron a llenarse de imágenes como ésta. Me levanté de mi asiento y decidí bajarme en la estación siguiente. Comencé a caminar a la orilla de las vías hasta que decidí detenerme a contemplar lo que tenía . Ahí, enmedio de esa tranquilidad, decidí cumplir una promesa realizada. En el camino a algún lugar donde pudiera recuperarme, encontré este pedazo del Mediterráneo.

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De locura