Vaporcito fantasmal

Nueva York seduce. Desde el piso, desde el techo. De arriba a abajo. En sus calles uno se siente pequeñito. En la proporción humana, es una ciudad magnífica. Calle, rascacielos, calle, inmensidad, calle, grandes autos, calle, tiendas de todo, calle gente de todo el mundo, calle, multiplicidad de idiomas. No es malo de repente salirse de la calle y subir a uno de sus miradores. Esta foto fue tomada desde la cima del Top of the rock, a eso de las 6 de la tarde de una noche pre-invernal. Tras cerrar la boca, puse a trabajar la cámara. Todo parece digno de la mejor toma, pero realmente poco es distinto a lo que había podido ver antes. Al oeste, divisé esté edificio de cuyo techo salía un leve cortina de vapor. Por si mismo era un show enmedio del show que de por si es ya esta ciudad. Manipulé el obturador para darle mayor sentido a la toma, y el resultado no sólo fue ese, sino el de darle un toque fantasmagórico a este cuadro neoyorquino.


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De locura