Yan-Nawa

Octubre 21, 2014. Dejamos Tailandia. Tres semanas son menos que insuficientes para decir que uno ha podido conocer siquiera una parte importante de un país, si acaso de una ciudad. Sin embargo esta ocasión tuvimos la fortuna de parar en un rincón muy especial de la impresionante ciudad de Bangkok, un rincón que ningún mapa turístico considera pero que es una de los mejores vestigios de la parte más tradicional de una ciudad reconocida en el mundo por sus impresionantes templos budistas y sus rascacielos despampanantes.  Es Yan-Nawa, cerca de la estación Surasak del tren elevado. Aunque la primera impresión no fue la mejor  {llegamos a la medianoche y a esa hora poco se puede apreciar}, bastó el primer despertar para darnos cuenta de su riqueza: un barrio donde conviven personas de 4 religiones:  musulmana, católica, cristiana y budista. Un barrio donde comer es parte de la experiencia por la misma mezcla y donde estar una hora parado en una esquina es un festín de imágenes para quienes amamos empaparnos de lugares nuevos. Éste es un brevísimo ejemplo de lo que platico: desde la viejecita de los postres hasta la que vende noodles todo el día;  desde el peluquero que lee más de lo que corta cabello, hasta los mototaxistas que cazan pasaje en su destartalada base a unos pasos de la entrada de la que fue nuestra residencia por 5 días en dos escalas diferentes; desde el panteón chino con sus arbolados andadores donde se ejercitan los vivos, hasta el puesto de bebidas frías para matar el calor que agobia a todos quienes pasamos por el rumbo. Aquí las imágenes de mi barrio en Bangkok, incluida la de nuestras anfitrionas en la Casa de Madera.











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