Para la decepción



Sí, la visita a las cataratas del Niagara no fue lo que esperaba. Ansiaba ver algo más salvaje que la misma caída de agua, pero no. Es como un montaje al estilo Disney con todo dispuesto para engrandecer un par de caídas de agua a las que nada tienen que pedirle algunas que tenemos en México u otros países menos desarrollados. La experiencia habría sido más agradable sin tanto edificio alrededor, con un poco menos de pavimento, en fin. Pero ya había viajado hasta allá, y tenía que sacarle provecho. Así que disparar. Y de entre tantas fotos, puedo rescatar estas dos. No es que el resto sean malas, pero no dejan de ser demasiado turísticas. Creo que hubiera sido mejor aplicar la de Juan Luis Guerra.




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De locura