Emprender un viaje a cualquier sitio debe hacerse con una valija enorme que nos permita recoger todo lo que nos pueda hacer recordar esa experiencia: voces, caras, lugares, mesas de café, parques, cielos, amaneceres, sabores, calles, callejones, museos.
Algún día, con ayuda de cualquier detalle, será posible recrear cada paso del camino a algún lugar.
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La lectora polaca de cuentos de terror
VARSOVIA.- Camino al barrio de Praga, en la capital polaca, hay que cruzar un enorme y bello jardín, que bordea el zoológico de la ciudad. Ese pasaje es increíble, ya que comienza en el centro histórico, cruza por el río Vistula, el Parque Praski y desemboca en el corazón de un barrio de clase obrera famoso por sus vetustos edificios con balcones de hierro y su fábrica de vodka. En ese trayecto, me encontré esta imagen sui generis que habla por sí sola. Sin embargo, hay detalles que me impresionaron: las botas, el libro, la nariz y la enorme verruga en la mejilla izquierda. No sé si leía o dormía, pero lo que sea me dio tiempo para tomarle algunas fotos, ésta entre ellas.
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