40/2010


Llegué.
Antes de subirme al avión que me llevaría al que he bautizado el tour 40/2010, varias cosas habían pasado que pusieron en riesgo su inicio. Llegó al extremo de que un superior me pidió posponerlo porque había cosas más importantes. No las hay. Es el ritual de cada año, y al final de cuentas, por lo que trabajo. Sin éste, todo lo hecho en los meses previos habría perdido sentido. No exagero. Cuando las cosas están como están en el entorno, un ritual así es todavía más impostergable. Con él, no sólo se recuperan espacios, se respira un oxígeno más limpio, o al menos diferente, se recrea la mirada, se llena el cerebro de nuevas imágenes, el gusto de nuevos sabores y el olfato de aromas nuevos. ¿Hay algo más importante? Y como una sabia amiga me dijo: te vayas o no te vayas, las cosas aquí no van a cambiar, así que mejor vete. Me fui.
En un inicio, Asia era el destino elegido, pero como ya no debo pensar sólo en mi sino en ella también, tuve que modificarlo. Europa del Este fue la opción acordada. EL trato: irme de avanzada una semana antes y encontrarnos en la romántica Praga. Acepto. Agradezco la voluntad. La comprensión. Vamos, nunca está de más una vacación del otro. A veces hace falta estar solo, aunque cada vez hace más falta estar con alguien, y más si te quiere mucho.
No es mala una combinación de ambas cosas. Tiene su encanto andar solo y acudir en tren desde Budapest hasta Praga, siete horas de viaje, al encuentro. Hasta se sienten un poco de nervios. No es exageración, pero no es lo mismo decir nos vemos en Coyoacán a nos vemos en un hotel de Praga, la ciudad de Kafka y de muchos notables más... ahora la ciudad de nuestro encuentro.
En fin. Ya atrás se habían quedado la absurda recomendación de mi "superior", los problemas acumulados, las noticias de todo lo malo que agobia al país mio. Estaba ya en mi tour 40/2010. Y aquí comienzo con el recuento fotográfico de este viaje conmemorativo. Iniciaré con lo divertido, lo que me arrancó sonrisas, lo que buscaba al fin y al cabo.




Berlín. Enorme fiesta multicultural: Mathías, Alemania; Esther, España; Yo y ella, México; Katerina, Grecia; Joaquin, Francia. Vino, cerveza, carnes y quesos, música de youtube y Silvio Rodríguez. Mucha diversión digna de un festejo cumpleañero. Y lo mejor, es que no conocíamos a ninguno de ellos antes de ese día. Súper. Objetivo primordial del viaje cumplido: traer voces, rostros, sabores, nombres e historias nuevas en la maleta de regreso. Inolvidable.





"Guau, levántala o paga".- Viena.




La encontré, sí, es la tumba de Tarzán (la verdad está bien naquita).- Viena cementerio.



Murieron ¿habrá sido por defender el apellido?- Viena cementerio.



Oso internacional: En la playera de los bigotones famosos, el mexicano no es Castrejón como ahí dice, es Leo Cuéllar. Se agradece la deferencia, pero la calabacearon.- Viena, tienda del museo de arte moderno.


Y así, presume lo que le queda de pelo. Si, salió del cuartel de los museos en Viena, ¿será exposición itinerante?



Antes que nada, el estilo debe conservarse, sea en tranvía, mercedes o... bici... Viena.


En un baño de Dresden: para los que la tienen y deben protegerse, y para los que no... y la extrañen. (que vulgar soy, sorry).



Un símbolo del pasado socialista avasallado por un símbolo del presente consumista. Bratislava, Eslovaquia.



¿Provocando o solamente cuidando la prenda? ¿Quién se anima?.- En el barrio judío de Cracovia, Polonia.

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De locura