A la India siempre se regresa


Los guías tienen un gran poder de convencimiento, más sobre los humanos, que sobre los animales. Suena lógico, quizá. Pues resulta que al momento de alquilar un auto con chofer en Jaipur con el fin de conocer lo más posible de esa parte de la India, nos prometió que si visitábamos Ranthanmbore era muy posible que pudiéramos ver tigres de Bengala, la máxima atracción de la zona. Accedimos, quién no lo haría ante tal atractivo. Fueron 3 o 4 días, con sus respectivas escalas, para llegar ahí. Cada lugar tenía su encanto, y su respectivo caos, como todo en este país. La emoción era mucha, el tiempo poco. La noche previa, dormimos en un hermoso hotel con un bufet increíble y a muy buen precio. La cita era muy temprano para tomar el todoterreno, más turistas, y salir a la "cacería". Fueron varias horas, pero no vimos a ningún tigre. Ni rastro. Pero en el camino la cámara estuvo bien entretenida: con gente, con otro tipo de fauna, con paisajes. En una parada corta, pude captar a este hermoso pájaro solito sobre esa rama de un árbol muerto. Destacaba porque era lo que le daba vida a esas ramas que quedaban como vestigio. Es un Martín Pescador de Pecho Blanco, muy común en esta zona pero que nunca había visto. El contraste de los tonos de su plumaje, atrapaba cualquier mirada. Además, no se asustaba fácilmente y permitió algunos segundos para el enfoque y la toma. Ranthambore no nos dio lo que esperábamos, pero tampoco decepcionó. 

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De locura