Mercado de flores en Calcuta

Calcuta es, digámoslo así, avasallante. En el primer día de recorrido, al salir de la estación del Metro Mahatma Gandhi, había de todo menos lo esperado. Quizá sí para la foto, no para los sentidos. Al caminar por el boulevar del mismo nombre la primera reacción fue la que querer huir. Luego, por los nervios quizá,  nos perdimos. Entonces, cuando la duda crecía (¿Está bien que andemos por aquí?) seguir a un grupito de turistas nos llevó un oasis: el mercado de flores de la ciudad, a un lado del Ganges. Entrar ahí fue descubrir costumbres muy extrañas: desde cómo venden las flores hasta como las pesan, y obviamente, la variedad de las mismas.  Una vez más: extraviarse en una ciudad distinta (casi) siempre traerá cosas buenas al final, o en otra frase, quien no se ha perdido no ha viajado.























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De locura