Mis mejores y más elegantes vecinos
Suele pasar que en días con mucho viento, los habitantes de la ciudad de México podemos ver los majestuosos volcanes que la resguardan, sin embargo, en ocasiones pasa mucho tiempo hasta que nos volvemos dar cuenta de que existen, y no sólo eso, sino de su belleza inconmensurable. Este viernes, con fuertes y refrescantes viento, llegaba a casa por una avenida y así, de subito, descubrí justo frente a mi al Pococatépetl, o don Goyo, elegantemente vestido de blanco, tan claro que deslumbraba. Fue cosa de avanzar un poco más para ver a doña Mujer Dormida, o Iztaccíhuatl, más impresionante aún por su propia geografía. Aquí comparto con ustedes este regalo de viernes, por cierto, el cumpleaños de mi madre querida que, deseo, ojalá esté sentada por ahí contemplando a estas moles que nos han hecho olvidar los tradicionales problemas de tráfico y estrés que nuestra ciudad suele recetarnos cada inicio de fin de semana.
Pués sí amigo, inmejorables vecinos! Para mi los quisiera, de guardianes. Que curioso, en la Sierra de Guadarrama (antiguamente La Sierra del Dragón) donde nací,tambien había un monte con el nombre de La Mujer Muerta, me gusta mas dormida... la veía desde mi cuarto todos los dias, todavía la evoco con los ojos cerrados y le siento el perfume a Jara y a pino.. Feliz cumpleaños para tu madre y un abrazo para vosotros. No pares....
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